Texto: Laura Lecuona | Edición: Tessa Galeana
“No es cierto que todo tiempo pasado sea mejor
pero tampoco lo es que estemos mejor que nunca”.

Al menos el feminismo dista mucho de vivir su mejor momento: por no ir más lejos, la violencia contra las mujeres no hace sino recrudecerse y nuestros derechos basados en el sexo están amenazados. El ingreso de las más jóvenes al feminismo se antoja tortuoso, porque es mucho más probable que en sus tentativas exploratorias antes se topen con un sucedáneo que con un feminismo auténtico.
Las popularizaciones de la teoría queer y el llamado feminismo liberal son productos digeribles y aceptables que han encontrado un práctico acomodo en el ambiente cultural reinante, mientras que las corrientes más sólidas y transgresoras del feminismo son en estos tiempos tan denostadas y satanizadas como en sus tiempos el movimiento por el sufragio femenino.
Pero la necesidad del feminismo está ahí, y cada vez más mujeres se dan cuenta de la urgencia de organizarse para acabar con su subordinación y con toda la violencia e injusticia que ésta conlleva. El feminismo radical es una respuesta a esa necesidad emancipatoria: es quizá la teoría más coherente y la que ofrece una explicación más completa y profunda de las causas de la situación de las mujeres en el patriarcado.
En este cuarto módulo del Programa de Estudios Feministas, en LunaEPF, se presentarán, con apoyo en autoras como Gerda Lerner, Kate Millett, Andrea Dworkin, Janice Raymond, Gail Dines, Dee Graham o Sheila Jeffreys, algunos conceptos básicos de esta teoría y una selección de sus problemas y argumentos más oportunos y vigentes:
1. Géneros de feminismos
2. El continuo de la violencia
3. La mujer y su cuerpo como mercancía: prostitución, pornografía, vientres de alquiler
4. Derechos basados en el ¿género?
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